21 julio 2007

"...ten valor, pues yo he de venir en tu ayuda y mañana,


Witingur y sus vikingos al observar la miseria de Gijón y sus altas murallas decidieron bordear la costa en busca de mejor botín y fueron a parar a Brigantium (La Coruña) saqueandola hasta que las huestes del rey Ramiro consiguieron expulsarles. Con los vikingos rumbo a Sevilla y las fronteras minimamente aseguradas emprendió dos incursiones por el Bierzo y León, ciudad que llegó a repoblar pero las aceifas moras del año 846 dieron al traste con las conquistas.
"...ten valor, pues yo he de venir en tu ayuda y mañana, con el poder de Dios, vencerás a toda esta muchedumbre de enemigos, por quienes te ves cercado...", en sueños escucho estas palabras de Santiago Apóstol Ramiro I antes de enfrentarse y derrotar a los musulmanes en sueños tambien, en la legendaria batalla de Clavijo, una batalla que solo existió en la mente propagandista de los cronistas del siglo XII en su afan por elevar la moral de la plebe castellana.
Cuando Ramiro I se negó a entregar el tributo musulman de 100 doncellas, los arabes como castigo decidieron saquear Alava y aquí sí los cristianos consiguieron defender honrosamente la ciudad.
Casado con Paterna y despues con Urraca estableció un línea dinastica en la sucesión y fue el primer rey astur que construyó un conjunto palaciego (Monte Naranco).
Con su hijo Ordoño como sucesor y soñando con Santiago Apóstol, una fria mañana de invierno del año 850 en su palacio de recreo construido sobre una terma romana y con el monte Naranco soplando sus aires a su frente Ramiro I dejó de existir.