Corría la primavera del año 621 cuando accedió Suintila al trono, primogénito del rey Recaredo y yerno del también rey Sisebuto este bravo guerrero como general había dirigido las campañas más sangrientas contra los bizantinos arrasando parte de la Bética y Cartago Nova. En estas operaciones alcanzó la fama necesaria para reclamar el trono sin oposición y una vez que llegó a él, siguiendo su espíritu guerrero lanzó una campaña terrible contra los vascones aplastando la perenne rebeldía de estos hacia los godos .Aplastados los vascones centro sus esfuerzos guerreros en los bizantinos y tras cuatro años de guerra consiguió expulsarlos definitivamente de la península con lo que consiguió reunificar la antigua Hispania bajo el mando godo. Con la península unificada y pacificada Suintila se centro en la administración de su reino, y las medidas que tomó causaron una autentica revolución. Desposeyó de sus riquezas a numerosos nobles y repartió las tierras entre el pueblo., anuló el poder del clero confiscando sus bienes que pasaron a administración real y dictó las primeras leyes que regían el tránsito de personas y cosas. Después de limar los privilegios de la nobleza y clero intento crear una línea sucesoria (la elección real entre los godos se realiza por acuerdo entre los nobles influyentes), y esto fue la gota que colmó el vaso, la sublevación estaba servida.
El duque Sisenando fue el cabecilla de la revuelta y con el apoyo de casi la totalidad de la nobleza y el clero dirigió un ejército desde la Narbonense hacia Toledo. Suintila intentó pararle en Cesaraugusta pero fue en vano, sus hombre huyeron tras ver la superioridad rival y Suintila tuvo que huir. En Toledo fue depuesto, privado de sus bienes y excomulgado. Este rey que increíblemente reinó para los pobres sus últimos días los pasó encerrado en un monasterio de Toledo escuchando los gritos de desesperación de la gente humilde.
Los nobles y el clero celebraron el ascenso del duque Sisenando con la alegría de quien vuelve a mandar bajo el manto de la tiranía, corrupción y miseria que caracterizó la época medieval
El duque Sisenando fue el cabecilla de la revuelta y con el apoyo de casi la totalidad de la nobleza y el clero dirigió un ejército desde la Narbonense hacia Toledo. Suintila intentó pararle en Cesaraugusta pero fue en vano, sus hombre huyeron tras ver la superioridad rival y Suintila tuvo que huir. En Toledo fue depuesto, privado de sus bienes y excomulgado. Este rey que increíblemente reinó para los pobres sus últimos días los pasó encerrado en un monasterio de Toledo escuchando los gritos de desesperación de la gente humilde.
Los nobles y el clero celebraron el ascenso del duque Sisenando con la alegría de quien vuelve a mandar bajo el manto de la tiranía, corrupción y miseria que caracterizó la época medieval