21 diciembre 2007

La botica de Al-andalus, I parte


La medicina tuvo gran importancia en el esplendor árabe de la antigua Hispania. En la época del Islam clásico, la historia natural comprendía los dominios de la geología, la farmacia vinculada a la medicina, la física, la zoología y la botánica con sus derivaciones hacia la agricultura. Las ciencias naturales y la farmacopea fueron inseparables de la práctica de los grandes médicos. Los sabios galenos efectuaron brillantes progresos en la época del esplendor islámico, como lo demuestran numerosas obras, con frecuencia pioneras, acerca de los minerales, las plantas y las drogas. Con la caída del califato cordobés, la división del antiguo imperio en varios reinos taifas, también fragmentó el conjunto científico-cultural e intelectual.
En la Taifa de Saraqusta, emergió el Leonardo Da Vinci hispano. Ibn Bayyah conocido en el mundo cristiano por Avempace (nacido en Zaragoza a finales del siglo Xl y muerto en Fez en 1139), cultivó todo tipo de ciencias, la medicina, la poesía, la física, la botánica, la música, las matemáticas, la literatura, la astronomía y sobre todo la filosofía, fueron géneros en los que sobresalió este polifacético personaje.
El estudio de la medicina era para él fundamental, y fue una de las ramas a las que se consagró dentro de la ciencia. Estudió a Hipócrates, a Galeno, y a los médicos musulmanes orientales y occidentales con profunda dedicación.
El libro de las Experiencias redactado conjuntamente con Abu-l-Hasán Sufián fundamentalmente es un libro sobre plantas y sus poderes curativos. Un autentico catalogo farmacológico de la época. Desgraciadamente el libro se perdió, pero tenemos conocimiento de él por las alusiones y citas que hace el malagueño Abu Muhammad Ibn al-Baitar (1190-1224)  en su obra. En ella hay algo más de 200 referencias pertenecientes al reino vegetal, animal y mineral, cuyas propiedades farmacológicas son descritas.
Estas navidades en Algo de Historia voy a publicar un resumen de estos interesantísimos documentos.