07 enero 2008

La botica de Al-andalus (VII Parte)


Los árabes emplearon una gran diversidad en productos para lograr medicamentos eficaces contra sus enfermedades, desde la fruta y el huevo hasta la orina pasando por las flores. En este aspecto hay gran similitud en la variedad de productos empleados en la farmacia actual. Lo fundamental era la preparación unida en numerosas ocasiones al rito familiar-religioso y la esperanza de la ayuda divina para las curaciones.

Habas. Vieja faba
Si se trituran muy bien y se emplean como colirio, impiden el aflujo de humores hacia los ojos. Mezcladas con un poco de wars alb aqar -cálculos que se encuentran en la hiel de las vacas- son útiles contra las callosidades de los párpados y su inflamación. La dosis que ha de emplearse ha de ser de una parte de habas por un cuarto del mencionado wars. Usadas en forma de emplasto junto con arrope de uva, maduran los tumores calientes donde quiera que éstos se encuentren. Si se cuecen con hojas de menta, disuelven el tumor aparecido en las mamas y causado por la coagulación de la leche. Cuando están frescas y se comen con gengibre, refuerzan la erección. Sus hojas y su cáscara verdes son útiles contra las quemaduras recientes, pues las fortalece.

Cebolla. Urginea niariüma
Limpia el pecho y los pulmones de los humores viscosos, especialmente si se cuece con alimentos grasos. Si la cebolla blanca se asa y se desmenuza en grasa, en manteca o en yema de huevo, es útil contra los dolores de ano, resolviendo los tumores que hubiera en él si se utiliza en forma de emplasto, y si se desmenuza cruda y con sal, purifica las pústulas carbuncosas de la cabeza si se unta sobre ellas.

Melón. Cucumis melo
Cuando la pepita del melón se tritura, se macera en agua y se bebe, es útil contra la tos febril y contra los dolores del pecho producidos por lo tumores calientes, facilitando la expectoración y suavizando las asperezas de la boca, la laringe y la garganta. Si se tritura y se macera en agua, quita la sed y conviene contra la fiebres calientes, inflamatorias y biliares, e igualmente contra los tumores calientes del hígado, resolviendo la obstrucción de éste. Es diurético, limpia el conducto de los riñones y de la vejiga y conviene contra el ardor de estos órganos. Se añade a los medicamentos compuestos que son útiles contra las restantes enfermedades del hígado causadas por los tumores calientes; estos medicamentos son: la almáciga, el nardo índico y todos aquellos que tienen propiedades semejantes. Esto es debido a que suaviza la virulencia de estos medicamentos y ayuda a la disolución de los residuos de los tumores calientes. Tiene un ligero y suave poder laxante, por lo que es útil añadido a los medicamentos que se administran contra los cálculos, ya que suaviza la virulencia de éstos, los hace salir y calma el dolor producido por la aspereza de la piedra.

Orina.
Cuando la orina de todos los animales se cuece hasta que se espesa, cura todas las úlceras y las fistulas malignas —siempre que se persista en ello—, secándolas y cicatrizándolas. Si la enfermedad fuera maligna, sería preciso una orina más activa y, en ese caso, la orina de vaca es la más conveniente de todas para curar las úlceras malignas y las fistulas de los cuerpos de los niños, siempre y cuando se persista en su uso y se haga de la manera que se ha explicado.

Huevo.
Si los medicamentos que impiden el aflujo de humores se amasan con clara de huevo, fortifican los órganos e impiden el aflujo de aquéllos. Este es el caso de los vendajes que se colocan sobre la frente, las sienes, las zonas fracturadas, las contusiones y las dislocaciones.
Si sus yemas crudas o ligeramente cocidas se colocan sobre los tumores calientes, los hace madurar y dama sus dolores, especialmente en los órganos sensibles: tal es el caso de la oftalmia, de los tumores del ano, su hinchazón, su ardor y sus grietas.
La cal procedente de su cáscara deseca las úlceras y mengua las cataratas si se emplea en forma de colirio. Disuelta en jugo de cilantro fresco e instilada en la nariz, corta la hemorragia nasal. Particularmente, la cáscara de huevo de avestruz pulverizada y sin quemar, y utilizada en forma de electuario con miel, conviene contra el dolor.