“Muy bien les va a esos depravados maricónes
al comepollas de Mamurra y a César.
Y no es extraño: iguales manchas para los dos,
unas en Roma, otras en Formias,
grabadas se mantienen y no se borrarán;
enfermos por igual, como gemelos los dos,
en un solo lecho maestros ambos,
no éste más voraz adúltero que aquél,
socios incluso rivales por las niñitas.
Fenomenalmente les va a esos depravados maricones.”
La arrogancia y las conspiraciones políticas de Cesar fueron objeto de crítica de Catulo y su círculo intelectual. A pesar de ser gran amigo de su padre, Catulo no respetó la figura emergente de Cesar que comenzaba a sentar las bases para su proyecto político y social. Las actuaciones populistas de Cesar fueron reprobadas por los innovadores escritores que veían en Julio la sombra de una dictadura que ellos censuraban duramente.
Cesar se defendió reprendiendo los escritos del poeta al que acusó de escribir sin tener conocimiento, Catulo irónicamente le contestó.
“No me afano nada en absoluto
César,
en querer agradarte
ni en saber si eres hombre blanco o negro”
Cesar era un hombre muy influyente con gran popularidad por lo que los enemigos de Catulo aumentaron, la ciudad antes alegre y cordial oscureció para convertirse en un laberinto incómodo para el poeta. Sus numerosos enemigos le lanzaron terribles ataques conduciéndolo a una marginalidad social. Catulo respondió de forma despiadada.
“¡Que los dioses me asistan!
No creí que tuviese importancia alguna distinguir
entre oler la boca o el culo de Emilio.
No más limpio éste, no más sucia aquélla,
pero acaso el culo es más limpio y mejor,
pues no tiene dientes; y la boca tiene
unos dientes de pie y medio, unas encías de carro viejo
y además una abertura tan ancha
como suele tener el coño una mula
cuando mea en la calorina.
¿Y éste se folla a muchas
y se hace el guapo, y no se le manda al molino ni de asno?
Y la mujer que lo calienta,
¿no vamos a creer que ésa es capaz de lamer
el culo de un verdugo enfermo?”
Proximamente: El finalal comepollas de Mamurra y a César.
Y no es extraño: iguales manchas para los dos,
unas en Roma, otras en Formias,
grabadas se mantienen y no se borrarán;
enfermos por igual, como gemelos los dos,
en un solo lecho maestros ambos,
no éste más voraz adúltero que aquél,
socios incluso rivales por las niñitas.
Fenomenalmente les va a esos depravados maricones.”
La arrogancia y las conspiraciones políticas de Cesar fueron objeto de crítica de Catulo y su círculo intelectual. A pesar de ser gran amigo de su padre, Catulo no respetó la figura emergente de Cesar que comenzaba a sentar las bases para su proyecto político y social. Las actuaciones populistas de Cesar fueron reprobadas por los innovadores escritores que veían en Julio la sombra de una dictadura que ellos censuraban duramente.
Cesar se defendió reprendiendo los escritos del poeta al que acusó de escribir sin tener conocimiento, Catulo irónicamente le contestó.
“No me afano nada en absoluto
César,
en querer agradarte
ni en saber si eres hombre blanco o negro”
Cesar era un hombre muy influyente con gran popularidad por lo que los enemigos de Catulo aumentaron, la ciudad antes alegre y cordial oscureció para convertirse en un laberinto incómodo para el poeta. Sus numerosos enemigos le lanzaron terribles ataques conduciéndolo a una marginalidad social. Catulo respondió de forma despiadada.
“¡Que los dioses me asistan!
No creí que tuviese importancia alguna distinguir
entre oler la boca o el culo de Emilio.
No más limpio éste, no más sucia aquélla,
pero acaso el culo es más limpio y mejor,
pues no tiene dientes; y la boca tiene
unos dientes de pie y medio, unas encías de carro viejo
y además una abertura tan ancha
como suele tener el coño una mula
cuando mea en la calorina.
¿Y éste se folla a muchas
y se hace el guapo, y no se le manda al molino ni de asno?
Y la mujer que lo calienta,
¿no vamos a creer que ésa es capaz de lamer
el culo de un verdugo enfermo?”