Era costumbre germana en sus luchas contra los romanos llevar a la guerra algunas imágenes e insignias sacadas de los bosques sagrados y bendecidas por los sacerdotes, que representaban el manto protector de la divinidad y la presencia del espíritu poderoso de sus antepasados. Estos guerreros combatían divididos en escuadrones familiares con lo que el honor y la defensa de la familia fortalecían su espíritu combativo. Detrás de ellos estaban sus mujeres y niños animándolos en la lucha, a través de gritos ensordecedores. Los heridos retirándose enseñaban las heridas a sus madres y mujeres para que las purificaran chupándolas y así poder volver al combate. En medio de la batalla las mujeres les servían agua y les seguían animando. Si intentaba huir algún guerrero las mujeres salían a su paso y poniéndoles los pechos delante les hacían volver. Los niños un poco mas retirados emulaban a sus padres en una batalla infantil.
Es curiosa la forma de guerrear de los temibles germanos en tiempo del imperio romano, leyendo a Tácito los modos germanos recuerdan mas a una romería que a una guerra. Sin embargo esta forma de luchar causo estragos en las invencibles legiones romanas que no pudieron llegar jamás a derrotar definitivamente a los germanos, sufriendo habitualmente dramáticas derrotas. El limes germano fue la única zona que no llego a controlar totalmente Roma, siendo siempre su quebradero de cabeza y el principio de su final. Esta forma familiar de lucha tuvo mucho que ver en ello, ante la disciplinada legión, sus innovadoras armas y despliegues tácticos, los germanos antepusieron la mirada y los gritos de su madre, mujer e hijos, luchando con el honor de quien lucha al lado de su padre, hermano y demás familiares, para parar el avance de la formidable maquinaria militar romana.
Fuente:
De las costumbres, sitios y pueblos de la Germania. Cayo Cornelio Tacito
Es curiosa la forma de guerrear de los temibles germanos en tiempo del imperio romano, leyendo a Tácito los modos germanos recuerdan mas a una romería que a una guerra. Sin embargo esta forma de luchar causo estragos en las invencibles legiones romanas que no pudieron llegar jamás a derrotar definitivamente a los germanos, sufriendo habitualmente dramáticas derrotas. El limes germano fue la única zona que no llego a controlar totalmente Roma, siendo siempre su quebradero de cabeza y el principio de su final. Esta forma familiar de lucha tuvo mucho que ver en ello, ante la disciplinada legión, sus innovadoras armas y despliegues tácticos, los germanos antepusieron la mirada y los gritos de su madre, mujer e hijos, luchando con el honor de quien lucha al lado de su padre, hermano y demás familiares, para parar el avance de la formidable maquinaria militar romana.
Fuente:
De las costumbres, sitios y pueblos de la Germania. Cayo Cornelio Tacito