03 octubre 2007

Torres de asedio medievales


“Envueltos en cantos y rezos de ánimo que se oían en todo el valle las torres se iban acercando a las murallas, los defensores temerosos y expectantes esperaban el grito de su señor para lanzar flechas y piedras con lo que parar a esos terroríficos artilugios…”
“Desde lo más alto escupían flechas y se podía observar los escudos y las espaldas en alto de los que iban a hacer ruina del castillo…”
(Anónimo ingles s.XIV)

No ha habido un elemento tan pintoresco y temible a la vez que las torres de asedio medievales. Empleadas en los asaltos a castillos rebeldes que no se rendían a pesar del asedio son un símbolo de esa edad que avanzaba de batalla en batalla. Empleada desde la época de los asirios fue en la edad media cuando mas auge tuvo, debido al florecimiento de castillos y fortalezas en este periodo guerrero
El objetivo de la torre era acercarse a las murallas del castillo y lanzar un puente sobre las almenas para que los guerreros pudieran asaltar el castillo. Nos podemos imaginar que era terriblemente complicado conseguirlo, lo que explica que en estas torres fueran los guerreros con menos status y condición entre el ejército, indicativo también que el índice de mortandad era muy elevado
La construcción de una torre se hacía sobre el terreno en base a las características de la fortaleza a asaltar, se componían de varios niveles donde iban las tropas asaltantes, la zona más alta de la torre la ocupaban ballesteros o arqueros haciendo la función de artilleros que abrían paso y apoyaban el asalto de la infantería. En esta zona, una vez lanzado el puente, era donde se iniciaba el asalto por parte de las tropas, que iban subiendo por escaleras a esta plataforma desde los distintos pisos de la torre para asaltar el castillo. Estas torres iban recubiertas de cuero húmedo para evitar que las flechas de fuego lanzadas por los defensores se clavaran en la madera.
Para conseguir acercar la torre al castillo tenían que montar un despliegue logístico increíble, la construcción de la torre era una tarea ardua, había que construir una torre robusta y ligera a la vez, donde el desplazamiento con ruedas de madera fuera lo más rápido posible, después alisar el terreno para poder deslizar la torre y luego clavar unas estacas en la base de la muralla del castillo que servían como apoyo a las poleas con las cuales la arrastraban. Una tarea muy difícil teniendo en cuenta a los defensores que les disparaban flechas y les arrojaban líquidos calientes y piedras. Otra forma de deslizarlas era empujarlas directamente, pero tenía el inconveniente que había que emplear muchos recursos humanos en la tarea, también se empleaban animales de tiro protegidos con planchas metálicas pero existía el peligro que se asustaran e intentaran huir despavoridos.
Si conseguían acercarse lo suficiente a las murallas y lanzar el puente sobre las almenas, la sincronización era clave en el éxito del asalto, mientras los arqueros disparaban desde la plataforma cubriendo el asalto, los guerreros con la protección de sus escudos, espada en alto y gritos animosos comenzaban a cruzar el puente de madera.
Las matanzas originadas con este tipo de asalto eran terribles pero cuando no se quería o podía prolongar más el asedio era el método de asalto junto con el ariete más eficaz. Y en una época donde la vida valía muy poco y la muerte guerrera era un honor, la torre de asalto era el comienzo de una épica personal en busca del más alto reconocimiento caballeresco, era el trampolín para hacer realidad esos sueños que luego cantarían trovadores de aldea en aldea.