29 septiembre 2007

Analisis y reflexiones sobre la guerra de Pompeyo contra los piratas


La mítica guerra de Pompeyo contra los piratas está rodeada de numerosas contradicciones en los hechos ocurridos. Parece difícil que en un espacio tan reducido de tiempo Pompeyo pudiera acabar con tal cantidad de piratas. Es cierto que el ejercito que preparó era enorme y la estrategia a seguir excelente, pero el marco de acción era tan grande (todo el mediterráneo) que es imposible con la velocidad de movimientos que disponía acabar con todos los piratas en tres meses. Más bien tuvo que haber una negociación con la cúpula pirata donde Roma a cambio de perdonar los delitos y dar tierras para colonizar obtenía el abandono de la piratería y parte de sus tesoros (nunca Roma negoció sin ganar dinero). Pompeyo sí que tuvo que realizar acciones puntuales contra piratas que no quisieron negociar, así como destruir sus fortalezas costeras y sancionar a las ciudades tributarias con ellos. Estas acciones si entran dentro de una lógica, tanto en el tiempo como en la movilidad de tropas. Pompeyo era un hábil negociador y ofreció a los piratas la única salida que les quedaba, ellos sabiendo que en Roma había una relativa calma y que el senado estaba dispuesto a exterminarlos optaron por lo único que les podía salvar, colonizar unas ciudades en el confín del imperio. Planteando una guerra al imperio los piratas hubiesen sido aniquilados y seguir en las mismas condiciones era imposible con el despliegue militar romano. Plutarco nos menciona esas negociaciones “Mas al fin recurrieron a las súplicas y también se entregaron con las ciudades e islas que poseían y en que se hablan hecho fuertes, las cuales eran difíciles de tomar y poco accesibles”.
Pompeyo sin prácticamente coste de guerra pacificó el mar y aseguró Cilicia tierra fundamental en la inminente ofensiva romana contra el rey Mitriades, los piratas viendo el movimiento geoestratégico romano con sus miras en Asia y el movimiento militar en aguas y costas se convirtieron en unos acaudalados colonos sin ser molestos a la cúpula romana ni entorpecer sus transacciones comerciales.