28 septiembre 2007

El imperio contraataca




Con quinientas naves, ciento veinte mil hombres y cinco mil caballos Pompeyo comenzó la ofensiva para acabar con los piratas en el mare nostrum. Estableció una telaraña dividiendo el mar en trece zonas para combinar ataques navales y terrestres, el mar Tirreno, el Líbico, las islas de Córcega, Cerdeña, Sicilia y las costas de Hispania y África fueron sus primeros objetivos. Las naves piratas fueron destruidas en el mar o bien acorraladas eran dirigidas a tierra donde estaban las legiones esperándolas, las fortalezas piratas costeras fueron arrasadas. Los piratas desconcertados huían como cucarachas antes de ser pisadas por la suela romana, muchos se rindieron viendo en la huida algo inútil y confiando en el buen corazón de Pompeyo, y Pompeyo no les defraudo tratando con generosidad a los rendidos.
Con el tráfico comercial establecido en el occidente mediterráneo, Pompeyo se dirigió a la base central de los piratas, donde los que se escaparon habían huido. Los piratas confiaban en las fortalezas inexpugnables y tierras infernales de Cilicia, y retaron al gran Pompeyo desde allí. Pompeyo les insto a rendirse y ellos agitando sus símbolos diabólicos y espadas le desafiaron.
Las águilas romanas surcaban el mar con ganas de sangre pirata, el imperio vengaría con Pompeyo al frente, años de ofensas y agravios.
Cuando los romanos estaban cerca de las costas cilicias los piratas salieron con sus naves a su encuentro en Coracesio, confiados en derrotarles en el medio (el mar) que ellos mejor conocían, pero Pompeyo los derrotó haciéndoles huir hacia sus fortalezas terrestres en el monte Tauro.
Con los romanos en Cilicia rumbo al monte Tauro, los piratas viendo las águilas legionarias en el horizonte se rindieron entregando todas sus ciudades y fortalezas. Pompeyo fue generoso de nuevo y perdonó a veinte mil piratas estableciéndolos en las ciudades de Solos y Dime como colonos.
Con los tesoros piratas en las bodegas de los barcos y noventa naves capturadas la flota romana con Pompeyo al frente surcaba el mediterráneo rumbo a Roma. El mare nostrum estaba limpio y pacificado, Roma resplandecía en el centro de las aguas. Pompeyo, el grande, en noventa días había acabado con años de piratería



Fuente:
Vidas paralelas, tomo V. Plutarco