Esta espada estaba realizada en hierro de altísima calidad, la hoja tenía doble filo y medía unos 50 cm. de largo por 6 cm. de ancho. Tenía una gran punta que la convertía en un arma excepcional manejada por un guerrero cubierto por un buen escudo, ya que lo único que tenía que hacer era parar el tajo de la espada larga del adversario con el escudo y aprovechar para clavársela en su flanco descubierto.
La gladius hispaniensis se utilizaba de punta, para "pinchar" al adversario, con lo que el brazo que la manejaba sólo tenía que moverse hacia delante y no hacia arriba, así el guerrero que la manejaba se exponía mucho menos que con una espada de corte. Manejada por los expertos guerreros hispanos que lucharon con Anibal en sus guerras contra Roma, estas formidables armas causaron tal terror en los legionarios romanos que el Senado decidió adoptarla como arma estándar en el equipo romano sustituyendo a la espada griega del hoplita.
La gladius hispaniensis se utilizaba de punta, para "pinchar" al adversario, con lo que el brazo que la manejaba sólo tenía que moverse hacia delante y no hacia arriba, así el guerrero que la manejaba se exponía mucho menos que con una espada de corte. Manejada por los expertos guerreros hispanos que lucharon con Anibal en sus guerras contra Roma, estas formidables armas causaron tal terror en los legionarios romanos que el Senado decidió adoptarla como arma estándar en el equipo romano sustituyendo a la espada griega del hoplita.